domingo, 21 de marzo de 2010

Monstruo de humo negro.

Sólo recordar que vivir es lo que me hacía seguir adelante. Y el placer de sonreirle a la vida, y reirme de los que no entienden, que jamás comprenderán. Sólo sobrevivo por sobrevivir, para matar el tiempo quizá,
porque petender que me amo es lo peor que he hecho jamás, pero ya no puedo parar.
Me tumbo y observo las nubes pasar, mientras escucho alguna canción que hace mis piernas temblar. Pero el corazón ya no me va a mil por nada, se detuvo del tirón.
Y respiro lentamente, ínfimo placer de respirar profundamente después de aguantar la respiración. Consumo cada momento y lo dejo esfumarse al momento, porque sólo son especiales durante un segundo.
Y mientras tanto me hundo en un sueño profundo, pero quiero despertar ya que no estoy segura siempre de quién soy.
Pero tampoco estoy muy segura de lo que estoy escribiendo, mi mente está ausente, y sólo plasmo en palabras lo que pasa por ella.
Cada día me devora más aquel monstruo de humo al que tanto temo, caigo entre sus colmillos como idiota.

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