Hoy el gris se ha comido mi vida. Ha devorado mi alma, y cada palabra que me quedé sin decir. Ha desaparecido todo. Y mis ganas con ese todo.
Quiero gritar, llorar, explotar, y volver a llorar. Y esta absurda ausencia de ganas, de todo lo que soy, de sonrisas y de buen humor se iran, cuando menos lo espere, volando por la ventana. Pero mientras tanto me quedo aquí, de mal humor, sin ganas de nada, sólo de, gritar, llorar, explotar y volver a llorar.
Y así te quedas, pequeña, con todo lo que el viento no se llevó.
lunes, 12 de julio de 2010
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