Soñé con París en un día gris. Soñé que era hermoso y mágico. Estuve andando por sus calles y todo olía a drama y pasión. Me senté en una cafetería a escribir, y olía a mis flores favoritas.
Después me fijé bien en mi sueño y él no estaba. Y eso los transtornó todo.
París se derrumbaba. Perdía su mágia y se volvía vacío. Sin él...
Y yo me hundí en el eterno caos, me hundí con París y todo su esplendor.
lunes, 1 de marzo de 2010
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